domingo, 24 de julio de 2011

Un día especial

Hoy es veinticuatro de julio, un día más de este tórrido verano. Un día más en el que vivo y siento lo que deseo. Desde hace unas semanas cada instante es especial, cada minuto disfruto de mis sentimientos, de las sensaciones que me invaden.

Voy aprendiendo lo que significa todo esto, no sólo experimentar con mi cuerpo, sino disfrutar de la entrega, de la sumisión, cumplir unas órdenes o unos deseos para su placer.

Y hoy, como todos estos días, es especial.


Además, hoy es el día internacional del BDSM, yo no soy muy dada a tener en cuenta días especiales cuando lo que se festeja es algo que se vive todos los días. Y quizás esta celebración no sea distinta, o si.

En 2004 desde varias asociaciones ligadas a estas siglas se promovió la idea de que el 24 de julio fuese considerado así, quizás por su analogismo entre el simbolismo de estas prácticas y estilo de vida con la fecha del calendario.

El BDSM es, en su mayor parte, entrega y sumisión, y dominio, dependiendo del rol. Y todo ello, debe ser completo, por ambas partes, y absoluto. El tan manido 24/7… 24 horas, los 7 días de la semana.

A partir de ahí, hay quien considera que una relación 24/7 sólo se puede considerar pura si se convive; pero yo no lo creo así. Para que un sumiso se entregue y se sienta dominado no hace falta vivir bajo el mismo techo, sino sentirse completamente entregado ante la persona del otro rol que ejerce su Dominio.

Pero desde aquí, si quiero felicitar este día a todos los integrantes de la comunidad Bedesemera, y en especial a mis Amos que me hacen sentir esta entrega de manera muy especial y constantemente, y a mis hermanas que demuestran su sumisión a cada minuto.

miércoles, 13 de julio de 2011

Despertar

Si hace un mes alguien me dice que sentiré las sensaciones que estoy teniendo en estos días, nunca lo hubiese creído. He pasado de estar en un momento de apatía a un estado de ilusión constante.

Los primeros días, al ir hablando, sentía una mezcla de emociones, entre la atracción por lo que me contaban, el miedo por saber si sería real o un simple espejismo que yo me creé, atracción y deseo al pensar en una posible realidad que creí que no existía, solamente en mi imaginación.

Poco a poco, al perder parte del nerviosismo que las situaciones me creaban, me fui dejando llevar por lo que sentía, por lo que me apetecía, por lo que quería. Y a cada pasito que iba dando para acercarme, más temor sentía y a la vez más seguridad de querer continuar. Y así decidí seguir, rompiendo algunas de las barreras que inconscientemente había creado y con la certeza de lo que deseaba. Y mi miedo inicial fue dando paso al pánico por perder lo que estaba anhelando.

Desde esa decisión, todo cambió. Las posibles dudas se disiparon casi al instante, al saber que no era una quimera, sino una realidad, que Ellos son reales y mucho mejor de lo que pude ni siquiera creer; que sus esclavas son mujeres estupendas que me mostraron cariño y empatía desde el primer momento.

Así me encuentro, con un caos interior que va tomando forma, dejando mi vergüenza y timidez a un lado, disfrutando de todas las sensaciones nuevas que no conocía, experimentando con situaciones para mí ignoradas. Y todo esto me ha llevado a una espiral de emociones de en la que me voy enredando cada vez más, y de la que no quiero salir.