miércoles, 13 de julio de 2011

Despertar

Si hace un mes alguien me dice que sentiré las sensaciones que estoy teniendo en estos días, nunca lo hubiese creído. He pasado de estar en un momento de apatía a un estado de ilusión constante.

Los primeros días, al ir hablando, sentía una mezcla de emociones, entre la atracción por lo que me contaban, el miedo por saber si sería real o un simple espejismo que yo me creé, atracción y deseo al pensar en una posible realidad que creí que no existía, solamente en mi imaginación.

Poco a poco, al perder parte del nerviosismo que las situaciones me creaban, me fui dejando llevar por lo que sentía, por lo que me apetecía, por lo que quería. Y a cada pasito que iba dando para acercarme, más temor sentía y a la vez más seguridad de querer continuar. Y así decidí seguir, rompiendo algunas de las barreras que inconscientemente había creado y con la certeza de lo que deseaba. Y mi miedo inicial fue dando paso al pánico por perder lo que estaba anhelando.

Desde esa decisión, todo cambió. Las posibles dudas se disiparon casi al instante, al saber que no era una quimera, sino una realidad, que Ellos son reales y mucho mejor de lo que pude ni siquiera creer; que sus esclavas son mujeres estupendas que me mostraron cariño y empatía desde el primer momento.

Así me encuentro, con un caos interior que va tomando forma, dejando mi vergüenza y timidez a un lado, disfrutando de todas las sensaciones nuevas que no conocía, experimentando con situaciones para mí ignoradas. Y todo esto me ha llevado a una espiral de emociones de en la que me voy enredando cada vez más, y de la que no quiero salir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario